“Todas las familias podemos caminar diferente, caminar chueco o saltar en un sólo pie. No tenemos por que levantarnos a la misma hora, ni ir a los mismos sitios, ni adquirir el mismo producto. Cada familia tiene su identidad y sus aspiraciones con la vida, el éxito consiste en lograrlas y dejar huella.”
En el 2003 salí de mi pueblo natal, Guateque Boyacá, quedando allí mis padres, mi hermano y mis amigos; la idea: continuar con una de mis pasiones, estudiar. Así llegue a Tunja, la capital del departamento, a compartir un corto periodo de vida junto a mi hermana.
Entonces, quizás por primera vez, inicié a valorar el hecho de tener una familia, a extrañarla y querer compartir con ellos siempre que fuese posible, contaba las horas para poder ir al hermoso pueblo que me vio crecer, darles un abrazo y hablar con ellos de lo que paso durante la semana.
Luego del 2005, ya en la universidad y conociendo un poco más la historia de mi país Colombia, desarrollé gran sensibilidad por tantas historias difíciles que cargan a cuestas familias desplazadas y/o desintegradas por las atrocidades de la guerra, el sueño de mejores escenarios económicos y la cultura del éxito fácil -arraigada en tiempos de narcotráfico-. Familias forzadas a dejar sus sueños y parcelas de alegría.
Ya en el 2010, con el inicio de mis labores en el campo educativo, y especialmente como profesor, me estrello con un muro de dimensiones enormes que impide que los padres se impliquen activamente en la educación de sus hijos, tanto en la casa como en la escuela. Padres, muchas veces separados, con cientos de desencuentros entre ellos, o cautivos en el trabajo, que poco tiempo de calidad comparten con sus niños, padres que antes de leer un cuento o salir a pedalear, prefieren ver el programa televisivo de concurso (reality) o ir al centro comercial con sus hijos. Escenarios que propician la conformación de familias uniformes, pasivas y conformistas; y con ello, niños con problemas de lenguaje, de amor, de nutrición, de conducta.
En el 2015, logramos un proyectado embarazo. Y junto a esa increíble etapa, nace una sensación de angustiacada vez que veíamosuna muy joven pareja embarazada (o una adolescente) o con bebé de brazos, pensábamos ¿Fue planeado y preparado? ¿Cómo pensarán hacerlo feliz? ¿En qué momento bosquejarán vivir el dulce de ser pareja? ¿podrán hacerlo? ¿Tendrán su proyecto de familia e identidad, lo están construyendo o simplemente pretenden sobrevivir en las condiciones que se les presenten?
Tenemos una deuda sin haber sacado prestado
Resulta entonces que ésta extraña mezcla de sucesos, configura en nosotros una deuda, un compromiso especialmente con las parejas y familias jóvenes, las familias nucleares biparentales (aquellas familias constituidas por hijo (s), mamá y papá). Un compromiso de contar lo que somos, lo que hemos logrado, lo que hemos aprendido, las estrategias que nos han funcionado y las que no, lo que experimentamos y seguimos descubriendo.
Nuestra deuda se paga a cuotas, en cada post, en cada participación (en talleres, conversatorios) deseamos dejar un mensaje motivando y dibujando una ruta para conocerse y construir una identidad en familia que permita disfrutar de cada momento, para compartir, aprender y lograr.

Estamos convencidos de que más familias auténticas, activas y felices, desbordará en ciudadanos alegres, solidarios, conscientes y transformadores. Pensar en familia, es el primer paso para pensar en sociedad, significa romper la barrera del individualismo y por tanto uno de muchos caminos válidos para quebrantar algunas enfermedades de nuestro sistema social.
Por eso nuestra obsesión con las familias
Nuestro más grande sueño y aspiración ha sido siempre aportar a un mundo más amable y sonriente. Cuestionamos muchos padecimientos de una sociedad envuelta en el miedo, el consumo indiscriminado, el individualismo egoísta y competitivo, la adoración al dinero, la apariencia y la superficialidad, la prisa infinita, la tergiversación de la información y otros cuantos horrores.
El camino que nos proyectamos desde un principio fue la educación, entendida como ser actores del sistema escolar. Hoy comprendemos que educar va mucho más allá de la escuela y anhelamos con éste proyecto, DivertidOOs, continuar andando el mundo a nuestra manera y con cada paso acercarnos un poco más a las familias increíbles que juntas construyen escenarios utópicos.
Mil gracias por estar aquí, por leernos una vez más. Nos gustaría que si éste post despertó alguna emoción, inquietud o propuesta, no la hagas saber aquí abajo en los comentarios. Un abrazo.
Post reencauchado del sitio divertidoos.com